En Berlín, Hamburgo, Frankfurt y Bonn, grupos de expatriados colombianos organizaron manifestaciones en solidaridad con las víctimas de las protestas en países sudamericanos en los últimos días. Desde el 28 de abril del año pasado, cientos de personas han salido a las calles para manifestar su rechazo a posibles proyectos de reforma tributaria y al sistema de salud de Colombia. La huelga nacional allí ha desencadenado actos violentos y su escala ha despertado la atención y la unidad de varios departamentos de todo el mundo. En una carta al presidente Ivan Duke, los diputados de izquierda, el Partido Verde, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) y la Unión Demócrata Cristiana Alemana (CDU) expresaron su preocupación por las acciones de la fuerza pública, lo que provocó las acciones de la departamento de seguridad pública caer en un dilema. «Usar fuerza excesiva contra manifestantes pacíficos» y amenazar y agredir a observadores de derechos humanos.
Las noticias sobre el desarrollo de las protestas en Colombia han unido a académicos, políticos y civiles de todo el mundo en torno a un llamado a respetar la democracia y los derechos humanos. En su pronunciamiento del 5 de mayo, el Instituto Colombo-Alemán para la Paz (CAPAZ) señaló: «El uso indiscriminado de la fuerza policial atenta contra el derecho constitucional a la protesta, amenaza a la democracia y genera el riesgo de minar la legitimidad del Estado colombiano como garante de los derechos humanos”.
Apoyo desde la distancia
Laura González, radicada en Europa y administradora de la página de Facebook Mirá ve Cali, describe su experiencia de las protestas como una traumática sensación de impotencia. «Para mí, esto es un desgaste moral, mental y emocional. Yo no quiero ver a mi gente morir, no quiero verlos sangrar o pasar necesidades. Sólo quiero que se respete la libre expresión”, dijo a DW. Conforme iniciaron las protestas, su página pasó de publicar contenido de entretenimiento a convertirse en una fuente de información para ubicar personas desaparecidas, focos de violencia y reportar cortes en los servicios públicos de Cali.
Esta ciudad, sigue a Popayán, Bucaramanga y Bogotá, se ha visto fijamente afectada por hechos de violencia en el transcurso de las protestas. «Los jóvenes en Cali están protestando por los derechos de todos los colombianos, incluso los míos. Por eso siento el deber de darles información de calidad y mantenerlos actualizados de lo que está pasando en la ciudad”, comenta Laura. «Por tal motivo sólo publicamos información que hayamos podido verificar”, concluye.
Cientos de imágenes, videos y audios en donde se capta el grado de violencia al que han escalado las protestas circulan por redes sociales. Estas han permitido «a las personas en Colombia mostrar la violencia y la brutalidad que están viviendo”, señala Nicolás Fajardo, organizador del plantón en Bonn, mientras espera en el sitio designado para el acto. «Hemos tratado de recoger la gran diversidad de exigencias de los manifestantes en nuestro comunicado. Exigimos que se respete el derecho a la protesta, la desmilitarización de las ciudades, la reestructuración de la policía, la investigación y castigo de los responsables de violaciones a los derechos humanos, la disminución del gasto militar, la aprobación de una renta básica para la población más vulnerable, retirar los planes de reforma laboral y detener el proyecto de reforma al sistema de salud”, agrega.
Fajardo integra la parte de un grupo de colombianos que estan en Alemania, cuyos miembros asemejan el deseo de expresarse a propósito de la realidad política en su país. No están constituidos como organización y tampoco tienen una agenda fija, y se coordinan espontáneamente a través de redes sociales. «Es muy descentralizado, no hay una cabeza. Cada uno participa como puede y cuando puede. Las responsabilidades no recaen sobre un grupo pequeño, siempre estamos rotando”, afirma.
Este grupo de personas coincide en su deseo por visibilizar en Alemania la realidad política que se vive en Colombia. El trabajo de organizaciones binacionales como Colpaz y CAPAZ ha contribuido a la difusión de información sobre la situación política que atraviesa el país sudamericano. «Además de lograr visibilidad, lo que queremos decirle a la gente en Colombia es: aunque estemos lejos, estamos con ustedes. Los estamos apoyando”, comenta Fajardo.
Esta aglomeración de expatriados comenzó a tomar forma desde noviembre de 2019, cuando cientos de colombianos se movilizaron para exigir el cumplimiento del Acuerdo de Paz con las FARC, el respeto a la vida de los líderes sociales y la derogación de la política tributaria. «En octubre de ese año hubo protestas en Chile y en Ecuador. Eso nos ayudó a acercarnos a otros latinos y a reconocernos como colombianos preocupados por la situación en América Latina. Así pudimos encontrarnos, formar canales de comunicación y coordinarnos”, explica Fajardo. (dz)