El excomandante de las AUC, Salvatore Mancuso, respondió a la carta que le envió Álvaro Leyva y aseguró que su situación no le impide comparecer ante la Comisión de la Verdad para contar todo lo que sabe sobre las personas que apoyaron a los paramilitares.
“Le reitero, como le manifesté de forma verbal, que estoy dispuesto a comparecer ante la Comisión de la Verdad (…) Mi compromiso de verdad, reparación y no repetición, les prometí que no les voy a fallar y no lo haré, la verdad no puede seguir sirviendo para beneficiar a intereses oscuros”, indicó.
Y añadió que “Colombia requiere avanzar sobre la comprensión social de todos los actores, sobre el entendimiento de las causas y efectos del conflicto armado y de por qué esta situación sigue persistiendo y agudizándose, esto es imposible superarlo sin la voluntad de quienes hemos participado directamente del conflicto armado”.
Curiosamente, reiteró algunos nombres que anteriormente ha mencionado en sus declaraciones ante la justicia. Por ejemplo, explicó que colaboradores del expresidente Álvaro Uribe Vélez como el hoy embajador Francisco Santos y el exsubdirector del DAS, José Miguel Narváez, fueron “cercanos a las AUC”.
“También narré lo referente a algunas situaciones que se presentaron con el mismo presidente Uribe y, a pesar de todo esto, sumado a otras situaciones perpetradas en contra nuestra, seguimos y seguiremos honrando nuestro compromiso con las víctimas y la verdad”, precisó.
Asimismo, dijo que cuando habló sobre el exsenador y las personas cercanas a él, terminó extraditado. “Ni qué decir cuando conté de forma detallada de las relaciones del Estado y las AUC. Colombia ya sabe lo que me ocurrió: como venganza criminal y para callarme, fui extraditado”, agregó.
“Colombia no conoce la verdad, porque no hubo ni existe interés político de que esto ocurriera ni ocurra, se rasgan las vestiduras exigiendo verdad, pero hipócritamente se impide la reconstrucción de la misma, se instrumentaliza la justicia como forma de venganza, el proceso de Justicia y Paz terminó siendo peor que un proceso ordinario”, concluyó.